500grs de harina de fuerza 150ml de agua tibia 150ml de buttermilk ( 150ml de leche tibia y dos cucharadas soperas de zumo de limón, se remueve y deja reposar 10 minutos) 15grs de azúcar 10grs de sal 21grs de levadura fresca o 7grs de levadura seca 70grs de cebolla frita deshidratada leche para pincelar semillas de sésamo para decorar
Primero preparamos el buttermilk con los 150ml de leche tibia y dos cucharadas soperas de zumo de limón removemos y dejamos reposar 10 minutos. En un bol para amasar a mano, deshacemos la levadura con la mano y la mezclamos con la harina. Mezclamos todo en el bol durante 12 minutos más o menos.
Una vez amasada la dejaremos reposar en el mismo recipiente durante 1 hora y media o hasta que doble su volumen. Es conveniente taparla para que el aire no la reseque. Una vez leudada el resultado es éste.
La sacamos a la encimera enharinada y la amasamos bien con harina en las manos para que no se nos pegue. Una vez lista separamos 6 bolas intentando que pesen lo mismo. Las damos forma y las ponemos bien separadas en la bandeja de horno final. No hace falta cortar la masa con un molde ni nada, aunque es cierto que así quedarían perfectas.
Las dejamos subir una hora y cuarto más o menos tapadas con un trapo. Veréis que deben de tomar una forma redondeada muy agradable.
Encendemos el horno a 220º Los pintamos con leche y le hechamos las semillas de sésamo . Los metemos en el horno, bajamos a 200º y en unos 15 o 20 minutos, o cuando doren un poco, estarán listos. Son super sencillos.